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Cuando una mujer se encuentra en una situación desesperada, las cosas se ponen difíciles. Empieza a considerar cosas que normalmente ni siquiera se atrevería a pensar. Por ejemplo, vender su cuerpo por dinero. Sí, el dinero, o la falta de él, suele ser la causa por la que las mujeres desesperadas hacen cosas desesperadas. Un muy buen ejemplo es la estrella de tu casting favorito. La simpática rubia Zuzana tiene un problema. Su novio fue condenado a servicios comunitarios, ella no tiene trabajo y, por desesperación, ¡ha empezado a follar con hombres por dinero! Sin embargo, se avergüenza de ello y le gustaría hacer cualquier otra cosa, así que acudió a nosotros. Le gustaría probar suerte frente a la cámara y, como ya ha renunciado a la moral y a todo tipo de reglas, está dispuesta a hacer cualquier cosa. Bueno, Zuzana, empecemos. Nuestro cámara se ocupó de ella y filmó unas tomas muy bonitas para ti mientras se la follaba en todas las posturas posibles. Y al final, ¡¡¡le marcó la cara con su polla!!! ¡¡¡Masacre!!! ¡¡¡Disfruta!!!

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Hola, amigos. Me llamo Libor, soy de Moravia y a partir de ahora voy a hacer dinero al instante. Es verdad. Mi predecesor, Martin, no tuvo suficiente paciencia, así que se rindió. Mi presentación ante la cámara no fue muy buena. Durante tres días vagué por Praga sin resultado. Entonces, finalmente, llegó. Conocí a una rubia guapa en el parque mientras hacía footing (no puedo hacer footing porque soy asmático). Esta guapa rubia trabaja como gerente de tienda en Holešovice. Activé mi modo persuasivo y ahí estaba. Me enseñó las tetas, el coño mojado y accedió a follar conmigo por 12 mil. Llovía y mientras follábamos me di cuenta de que, por encima de la valla, nos observaba un vagabundo que se estaba pajeando. Menuda experiencia cultural. Me corrí en su cara y hablé con el pajillero, que se llamaba Charles, y salí corriendo. Más tarde, en el tranvía, conocí, además del ya conocido Charles el pajillero, a una mujer guapa y casada. La invité a mi casa a tomar un café y un pastel. Aunque tenía 50 años, estaba muy buena. La estuve persuadiendo durante dos horas, pero al final me la follé en la mesa de la cocina por 10 mil. Imagínate, la increíble ninfómana tuvo un orgasmo húmedo y nos echó a chorros a la cámara y a mí. Oh, genial. Nunca había experimentado algo así. ¡Dinero rápido manda! ¡Disfruta!